Com informações de Página 12:
Una mesa amplísima encabezada por la presidenta derrocada en Brasil convirtió la presentación del libro Lula – La verdad vencerá en un acto continental por la libertad del líder preso.
Por Martín Granovsky
Definición de Dilma Rousseff, presidenta de Brasil un mandato entero, electa otra vez en 2014, asumida en 2015 y derrocada en 2016: “Temo por la vida de Lula, por la comida que ingiere y el agua que toma, y porque le impidieron que lo visite un médico”. Otra más: “Con Lula están utilizando la Justicia del Enemigo”, que dice a quién hay que destruir y después ve cómo. Es el sistema del “lawfare”, la guerra que usa instrumentos presuntamente jurídicos. La tercera: “Libre o preso, Lula va a ser presidente de Brasil”. Nicolás Trotta, el rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, coordinador del acto de solidaridad con Lula, repitió la consigna que corea todo Brasil desde el 7 de abril. “Lula”, gritaba Trotta. Y la gente: “Libre”. Y así varias veces. Lula. Libre. Lula. Libre. Lula. Libre. Al comienzo y al final de un 1° de mayo desapacible que, así, se compuso un poco. Por lo menos en miles de corazones.
Ése fue el tono dominante de la presentación, en la Sala Jorge Luis Borges de la Feria del Libro, de “La verdad vencerá”, el libro de conversaciones con Lula que publicaron PáginaI12, Editorial Octubre, Editorial Boitempo y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, en venta desde el domingo último en los kioscos. Es el libro donde Lula cuenta cómo se gestó el golpe, por qué no se refugió en una embajada en lugar de ir preso, qué errores cometió el Partido de los Trabajadores y qué pasó para que los miembros de la élite se enojaran cuando los pobres empezaron a subirse a los aviones.
La presentación estuvo concebida desde un principio como un acto para exigir la libertad de Lula. Fue parte de una jornada que siguió con otro acto en la Confederación General del Trabajo y un recital de música y poemas en el auditorio Caras y Caretas de la Umet (ver página 5).
Ultima oradora, Dilma Rousseff clausuró el acto diciendo que pensaba que el portuñol era una lengua de los pueblos de América Latina y se jactó de hablarlo muy bien, pero terminó haciéndolo en portugués.
En un momento su descripción de Lula fue entre política y humana: “Lula, incluso ahora como preso político, porque es un preso político, encuentra fuerzas en la relación con el pueblo brasileño. Por eso hacemos caravanas, ciudad por ciudad, que superan el silencio nefasto de los grandes medios de comunicación. Una de las razones por las cuales encarcelaron a Lula es que habla mucho, y habla críticamente. Ellos castigan el hecho de que seamos personas eminentemente sociales”.
“Imagino desde el fondo del corazón lo que debe haber sido la osadía de las Madres y las Abuelas que fueron a marchar a la Plaza de Mayo para reclamar por los amenazados y los torturados”, dijo Dilma dirigiéndose a Estela Carlotto, presente con su cabeza blanca.
“Sé perfectamente distinguir un golpe militar de un golpe judicial, parlamentario y mediático”, afirmó Rousseff en otra parte de su discurso. “Sé lo que es la tortura y la muerte. Pero el golpe parlamentario también sustenta intereses económicos, localiza enemigos y los ataca mientras reduce de manera permanente la potencia de las instituciones democráticas. El impeachment fue travestido de legalidad. Como si hubiera puesto un biombo que ocultaba el carácter ilegal del proceso.”
“El odio tiene que ser destilado, y debe definirse un enemigo interno”, explicó Dilma sobre la forma en que se creó el clima del golpe de 2016 en Brasil.
“Detrás de todo está el gran monstruo de la esclavitud, y genera odio que los negros hayan podido entrar a las universidades. Quizás se despertaron otros monstruos más en algunas cabezas del gran poder económico.”
Sobre el contexto regional, indicó que “la integración buscó el desarrollo económico, la distribución del ingreso y el crecimiento de las oportunidades para todos en una forma democrática y con soluciones pacíficas”. Contrapuso esas políticas con la ruptura actual de la integración y el intento de cortar con la autoafirmación, con la autoestima regional y con la propia emancipación. “Ahora están destruyendo la Unasur unos conservadores atrasados, porque conservadores de otros lugares del mundo mantienen las estructuras de integración.”
Con la vista puesta en Cuauhtemoc Cárdenas, le dijo Dilma que “es parte de una línea familiar que marca una verdadera línea en América Latina”. Lázaro Cárdenas fue el presidente mexicano que nacionalizó el petróleo. Según el PT la destrucción de Petrobras es uno de los objetivos del golpe brasileño.
Mirando a Víctor Santa María, presidente del Grupo Octubre, le dijo que la Umet “mira el presente y el futuro y es un ejemplo para nosotros y para todos los latinoamericanos”.
La más aplaudida junto a Dilma, Estela Carlotto hizo que el resto de la mesa se parase y que toda la sala de la Rural, repleta con más de mil personas, hiciera lo mismo para aclamarla durante minutos.
“Profunda emoción darle la bienvenida a esta querida amiga, a esta gran mujer”, dijo la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. “Tocarle la mano es como intercambiar fuerza entre mujeres, que no queremos irnos de este mundo sin dejar de hacer cosas que sirvan para que nuestros pueblos sean más fuertes y soberanos. A Lula lo hemos escuchado tantas veces… Nos abrió los brazos en épocas muy peligrosas. Recibimos un gran cariño.”
“Hay que seguir soñando con la patria grande”, dijo Estela. “No hay que aflojar, no hay que bajar los brazos, porque estos ejemplos como Lula y Dilma y otros más tienen que hacer que perdamos el miedo.”
Trotta presentó a Dilma como “la presidenta legítima de Brasil”, y al anunciar que estaba en la mesa el ex presidente colombiano Ernesto Samper le dijo: “Ernesto, cómo te extraña Unasur”. Samper fue el último secretario de la Unión de Naciones Suramericanas, que después de su mandato primero quedó acéfala y después sufrió el vaciamiento por parte de un grupo de seis países encabezado por la Argentina e integrado, además, por Brasil, Chile, Colombia, Perú y Paraguay. Los seis suspendieron hace diez días su participación en el organismo regional.
Los oradores fueron turnándose en el escenario, con algunos minutos para cada uno.
Santa María, que también es miembro del consejo directivo de la Confederación General del Trabajo, reivindicó “la causa, el amor y las ganas de Lula libre porque ésa es la voluntad de todos los trabajadores”.
“Cuando tuve la suerte de compartir con el compañero Lula nada más y nada menos que la inauguración de la primera universidad de gestión sindical, la Umet, escuché que Lula pedía que los trabajadores de Brasil también tuvieran esa oportunidad”, dijo Santa María sobre el estreno académico del 2013.
“Este arco aquí presente no solo tiene que ver con la libertad de Lula sino con la libertad de nuestros sueños y nuestras ideas, porque los poderosos no se bancan que un trabajador sea presidente en una potencia mundial y lo haga con dignidad”, exclamó Santa María. “No se lo bancan los poderosos de la Argentina ni de todo el mundo, porque lo que no se bancan es la dignidad del trabajo. Hoy no hay Feliz Día del Trabajo en la Argentina porque perdemos derechos, nos aumentan las tarifas, el país retrocede, y por eso la causa de Lula libre es la causa de los trabajadores y del pueblo argentino. Me siento tan honrado como el día que inauguramos esa universidad. Pudimos hacerlo no porque fuimos más eficientes sino porque la Argentina de ese tiempo era una Argentina de derechos, de distribución de la riqueza, de los sueños, de los ideales.”
Santa María mencionó cada uno de los emprendimientos de Octubre, como PáginaI12, Caras y Caretas, la 750 y Malena, y dejó su deseo de que “un día tengamos otra vez un gobierno nacional, popular y democrático”.
Preso político
“Compartir el pan, que alimenta el cuerpo y el espíritu, pero también la libertad”, pidió el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Miró a Dilma y recordó que en 2016 fue al Senado brasileño y dijo: “Le están dando un golpe de Estado a la presidenta Dilma Rousseff”. Narró que ahora, en su último viaje, estuvo en una favela para rendir homenaje a Marrielle Franco, la concejal asesinada en Río de Janeiro. Recordó “a este amigo del alma, de tantos años, Leonardo Boff, junto con quien quise ver a Lula, y no nos dejaron entrar”.
“Lula es un preso político”, dijo Pérez Esquivel. “Lo acusan de un delito que no cometió. Prestemos atención. Hicieron experiencias piloto en Honduras contra Manuel Zelaya y después contra Fernado Lugo, y vino Brasil con su golpe.”
Aprovechó la presencia de Ernesto Samper para decir que “quieren liquidar la Unasur porque buscan impedir la unidad continental”.
Cuando habló, Samper dijo que durante el almuerzo que compartió con Dilma y un grupo de abogadas, entre ellas Carol Proner, le preocupaba haber escuchado que a Lula no lo dejan recibir visitas y que está preso solo. “Le tienen miedo a un Nobel de la Paz visitando a un presidente porque hay una persecución a las fuerzas progresistas de América Latina”.
“Detrás de casos como la crisis de Nicaragua, de Bolivia o de la derrota del plebiscito por la paz en Colombia hay grupos económicos, jueces y fiscales convertidos en nuevos actores políticos aunque no representen a nadie, articulados con la Justicia mediática”, fue la reflexión de Samper.
“A Lula se le han negado sus más elementales derechos, que vienen de la presunción de inocencia”, dijo Samper. “Pero Lula ya estaba sentenciado por la televisión y por los diarios de derecha, porque había sido juzgado por la mañana y condenado por la noche. Tampoco tuvo el derecho de controvertir las pruebas. Y le fue quitado el derecho a la intimidad, dentro de una Justicia de mercado, que los Estados Unidos nos vendió como el mejor sistema, donde las pruebas se negocian para allá y para acá.”
Según Samper la importancia del caso Lula es se debe a que “hay todo un movimiento que pretende restaurar el quite de salarios e ingresos y garantizar el aumento de los precios y las tarifas, que suben por el ascensor”.
Pobres
“Para las mujeres del mundo que creemos en la igualdad Dilma es uno de los ejemplos a seguir”, dijo la diputada Victoria Donda en su saludo.
Dilma en su discurso la saludaría especialmente porque, dijo, “Victoria nació en la Escuela de Mecánica, y en Brasil sabemos lo que es eso”.
Gustavo Carrara, un sacerdote de la diócesis porteña, usó un tono calmo para decir lo que parecía una oración. O, ya que cada uno siempre puede elegir su variante, un rezo laico que no hubiera disgustado a Pepe Mujica, uno de los grandes amigos de Lula.
“Los pobres no solo dan que pensar sino que piensan. Los más pobres luchan para vivir mejor. Lula es un pobre que llegó a presidente para que todos vivan mejor.”
“Usamos bastón porque nunca nos arrodillamos”, dijo en sintonía Estela Carlotto en su mensaje. “No hay que arrodillarse nunca. Se siente hoy ese amor por Lula. Es un alimento para el alma. Tengamos fe en nosotros y en el hermano que nos acompaña. Sintámonos unidos en la lucha y pregonemos al mundo esta consigna que nos une: Lula/libre.”
Cuauhtemoc Cárdenas dijo que el golpe contra Dilma “fue el golpe del despojo a cargo de una mayoría legislativa corrupta y se prolonga con la prisión arbitraria contra Lula solo porque se pretende algo que no se logrará”, es decir que “la lucha por la soberanía, por los derechos de la gente, por el progreso compartido, por el fin de la explotación, sea acallada”.
Como era su cumpleaños, el número 84, ni siquiera hizo falta una invitación para que los asistentes le cantaran. Lo hicieron todos mientras los organizadores le acercaban la torta.
Ivanna Jinkings, responsable de Boitempo, la editorial que lanzó el libro de Lula en Brasil luego de conseguir la aprobación de Lula para grabarlo en tiempo récord, dijo que “la lucha en favor de Lula es en favor de la izquierda, de la democracia, de todos nosotros”. Comparó el texto con “La historia me absolverá”, la defensa de Fidel Castro en Cuba después del asalto al cuartel Moncada, en 1953, hace 65 años.
“Es el día de Lula libre, de Marielle vuelve y de los trabajadores”, dijo Pablo Gentili, secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, otro de los organizadores de la jornada por Lula. “Estamos recibiendo aquí a la única presidenta de Brasil, porque su mandato termina el 31 de diciembre y antes elegiremos nuevo presidente a Luiz Inácio Lula da Silva”, dijo Gentili. Las elecciones son el 7 de octubre y Lula, aun preso, debe librar una batalla legal para superar cualquier impugnación que impida su candidatura. Hoy está primero en las cuestas.
“Un golpe, en política, es una sucesión de impactos, un proceso que comenzó no bien ganó Dilma Rousseff, continuó con su acusación en una sesión farsesca de los diputados, siguió con la recuperación de riquezas por lo ricos en una de las sociedades más desiguales del planeta”, sintetizó Gentili.
Argentino pero residente carioca desde hace 26 años, subrayó que seguía existiendo “el Brasil colonial, que pretende mantener a millones de Lula en cautiverio”. Dijo que un golpe está destinado “sobre todo a silenciar, como lo vivimos dramáticamente en la Argentina con los 30 mil compañeros y compañeras”.
Sin embargo, señaló que los golpes “siempre pretenden cosas pero casi nunca las consiguen”, cuando se trata de silenciar, por ejemplo, a Lula. Nombró a la Red Globo como parte del golpe y su intento de opacidad.
“Para recuperar el poder para el pueblo es fundamental, y lo será también en las elecciones nacionales de la Argentina en 2019, en México, en Brasil en octubre, la unidad de las fuerzas populares y progresistas”, afirmó Gentili.
Interpretó que había que aprender de los errores. “Por ejemplo, que hicimos esta mesa con poquísimas mujeres, y debemos avanzar en la igualdad y en la paridad, y no alcanza el argumento de que éstas son de oro porque todos somos de oro”.
“Los poderosos deben aprender que cuando no nos dejan soñar nosotros no los dejamos dormir”, cerró el secretario de Clacso.
Obrero
Después de saludar a PáginaI12 y a la Umet, el diputado nacional y secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, dijo: “Hoy no había ningún lugar más importante en este primero de mayo que estar acá, en este acto”.
Yasky afirmó que “Lula representa el símbolo de una América Latina que hoy vive bajo la dictadura política como Brasil y bajo la dictadura económica como el resto del continente”. Un obrero que llegó a Presidente y sacó a millones y millones de brasileños a la pobreza está preso.
“Lula libre, y a luchar y a pelear para que América Latina esté otra vez de pie”, terminó el dirigente de los docentes.
Gustavo Menéndez, presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires e intendente de Merlo, confesó: “Me costó mucho estar aquí porque un temporal dejó a muchos de mis vecinos sin nada de lo que tenían o de lo poco que tenían, pero sé que los vecinos me van a entender”.
Dijo Menéndez que “Lula dejó de ser un hombre para convertirse en un líder político, y después se convirtió de líder en presidente. Hoy el líder y presidente dejó de ser todo lo que fue antes para transformarse en un símbolo”.
“Sabemos que todas las cosas malas que pasan en este mundo, pasan por causa del dinero, como dice nuestro querido Papa Francisco”, reflexionó Menéndez. “Para ganar dinero se trafican armas, se arrasan bosques, se somete a la esclavitud a personas. Lula también está preso por los que siempre salen ganando.
Lula está preso porque es culpable de sacar a 40 millones de la pobreza. O estamos con él o estamos del lado de los que siempre hacen que los pueblos sufran.”
El senador Fernando Pino Solanas, a punto de estrenar su película “Viaje a los pueblos fumigados”, calificó el libro y el acto de “noble y necesaria iniciativa”. Siguió así: “Lula es América Latina. Excelente esta convocatoria continental. Lula inició la revolución en América Latina, sacando decenas de millones de hermanos brasileños de la pobreza. El enemigo le teme a la idea de la unificación y a la idea de la revolución en paz. Los golpes militares fueron reemplazados por los golpes blandos, con la Justicia y los grandes grupos mediáticos calumniando al pueblo y a sus dirigentes. Ésta es historia conocida. La vivió la Argentina en el 55 con Perón. Pero a no aflojar ni un tranco de pollo, compañeros. Estas bravuconadas, la reforma laboral y previsional, ya las conocemos pero van a pasar porque hay pueblos que no estamos decididos a que nos lleven por delante. Dilma, no me cabe la menor duda de que la solidaridad continental, dejando el pasado detrás, va a arrancar a Lula de la prisión y reconstruir la gran patria latinoamericana”.
Otro orador fue Felipe Solá, diputado por el Frente Renovador. “El estado de ánimo cambió desde el día que encarcelaron a Lula”, dijo. “Si Lula caminara las calles argentinos no recibiría más que afecto, un enorme afecto porque hay conciencia de que es un líder extraordinario. Cuando Dilma fue sacada del gobierno Brasil estaba llegando a la sexta posición en el mundo bajo el mando político de un gobierno inusitadamente fuerte y popular. Eso no lo iba a permitir el gran capital brasileño. Inventaron algo contra Dilma, cargaron de calumnias el sistema judicial brasileño, como en la Argentina, como pasó con Perón. La verdad no es la calumnia: es la conciencia, es el afecto. Los pueblos van a reaccionar.”
Carol Proner, quien fue una de las articuladoras del grupo de juristas que acompañaron a Lula desde el primer momento, definió que la cárcel del ex presidente “tiene similitudes con la Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez”. Dijo Proner que “Lula fue condenado por crecer y distribuir, por ampliar derechos, por reducir la pobreza extrema. Fue un subversivo del liberalismo sin democracia y, por eso, contra Dilma y él se armó en Brasil el modelo sofisticado del golpe blando, con prisiones coercitivas, pruebas ilícitas y una Justicia sin pruebas”.
Castigan a los gobiernos del PT porque “retiraron a Brasil del mapa del hambre”, dijo el ex senador paulista y ex ministro de Dilma Aloisio Mercadante. “Temer quiere hacer un ajuste de 24 años seguidos”, dijo. “Nosotros aumentamos la matrícula universitaria de 3 a 8 millones, y multiplicamos la gente que en su familia fue la primera en tener un título.”
Al final, todos y todas posaron de espaldas a la gente para que la foto de expositores y gente le llegara a Lula.
A la salida, otra vez bajo la lluvia, en la Rural se mezclaban el grito de “Lula libre” y el hit del verano.
martin.granovsky@gmail.com
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